No obstante, él alega la dureza de esto diciendo que Cristo nos ha libertado del yugo de la Ley para unirnos a su cuerpo; pues, aunque Cristo haya estado por algún tiempo voluntariamente sujeto a la Ley, no ha sido porque la Ley haya tenido algún derecho sobre El, porque la libertad suya El la comunica también a sus miembros y, por consiguiente, no es nada extraño que si El libra del yugo de la Ley a quienes se unan a El con lazo sagrado, estos sean un solo cuerpo con El. A saber, del que resucitó
Page 174